En este post te quiero hablar de cómo la creatividad puede impulsar el pensamiento matemático en los niños y hacer que cambien de opinión acerca de esta asignatura tan odiada por todos. Hoy en día existen muchas aplicaciones para el móvil para despertar la curiosidad por las matemáticas en los niños.
La creatividad en las clases de matemáticas
El otro día leí un artículo que decía que los alumnos de un colegio de Estados Unidos se encargaron de crear una galería de arte matemático. Cada uno había tenía que realizar un dibujo relacionando un número con un objeto y luego tenían que realizar operaciones matemáticas con esos objetos, como por ejemplo, dos reglas más tres tijeras es igual a cinco objetos.
Después de pegar sus dibujos en la pared en orden numérico, los estudiantes se sentaron en el suelo con sus cuadernos de dibujo y empezaron a realizar sus operaciones. Por ejemplo, cuando una niña miraba un dibujo de dos tijeras rojas y tres tijeras azules (2+3=5), notó que la dirección de las tijeras daba lugar a una nueva operación: 4 tijeras apuntando hacia la izquierda + 1 tijera apuntando hacia la derecha = 5 tijeras.
La creatividad es una de las claves para ayudar a los niños a que les gusten las matemáticas.
Hoy en día, se anima a los maestros a que fomenten a la creatividad en la clase de matemáticas, ya que hay un montón de evidencia de que los niños son muy creativos y de la misma forma que crean sus propias historias o inventan canciones, también pueden inventar sus propios métodos para resolver problemas matemáticos.
Cuando los maestros de primaria animan a los estudiantes a hacer preguntas, hacer observaciones y abordar los problemas de manera inventiva, crean un ambiente que apoya el pensamiento matemático creativo.
Vamos a ver algunas maneras de aprovechar esa creatividad:
#1 Animar a los alumnos a preguntar y observar
Hacer preguntas matemáticas es una forma de creatividad. A los niños les encanta saber cómo funcionan las cosas, por lo que cuando los maestros presentan un nuevo concepto, también deben dejar tiempo para que los alumnos hagan observaciones y hagan pregunten sus dudas.
Puedes animarles preguntando: ¿qué tiene de especial este número? o ¿dónde podrías usar esta operación fuera del colegio?
#2 Formular preguntas abiertas en clase
Los maestros pueden acostumbrar a sus alumnos a que les hagan preguntas ingeniosas, como por ejemplo: ¿cómo podemos saber qué es más caro: comprar chocolate o helado de vainilla para la fiesta de clase?
El trabajo del maestro es asegurarse de que los alumnos tengan las herramientas que necesitan para resolver el problema y hacer preguntas aclaratorias que les ayuden a resolverlo.
Cuando planteas preguntas que requieren un esfuerzo y un pensamiento creativo en lugar de simplemente la aplicación de las reglas, los niños no sólo están más comprometidos, sino que también pueden evaluar mejor su comprensión de los conceptos clave observando en tiempo real cómo aplican sus habilidades matemáticas.
#3 Que los alumnos participen en conversaciones enriquecedoras
Las conversaciones individuales ayudan a los estudiantes a articular y extender sus procesos de razonamiento.
Puedes acercarte a los niños individualmente y preguntarles su opinión sobre algún tema, para que los niños hablen y compartan sus ideas entre ellos.
#4 Que desarrollen sus habilidades en nuevos contextos
En un colegio de Estados Unidos, una maestra le pidió a sus alumnos que escribieran una operación matemática e inventaran una historia basada en esa operación.
Sólo unos pocos se esforzaron realmente y se inventaron una historia.
Al resto no se les ocurría ninguna historia. Entonces, se sentaba con ellos y les hacía preguntas que poco a poco les ayudaba a crear su historia.
Una actividad como ésta es eficaz, ya que llevó a los niños fuera de su zona de confort y los llamó a pensar, a inventar y a desarrollar su creatividad.
#5 Despierta su interés por las matemáticas
Han cambiado muchas cosas en las clases de matemáticas durante los últimos 30 años. Hoy en día es casi impensable tener una clase, donde el maestro entraba, pedía que se abriera el libros de texto, se leyera la página 78, y luego, después de cuarenta minutos de silencio, pedía que se hicieran los ejercicios del libro.
Hoy en día, en lugar de aprender los procedimientos por memorización, se enseña a los niños a comprender los métodos que están utilizando, como por ejemplo, entender los tipos de triángulos que existen y eso es sin duda algo bueno.
Y sin embargo, todavía falta algo. Me parece que muy pocos niños están siendo enseñados a amar las matemáticas o a emocionarse con ellas. Existe una percepción generalizada de que las matemáticas son simplemente un conjunto de métodos que deben aprenderse para poder sobrellevar la vida después de la escuela.
¿A qué se debe esto?
En muchos casos, se debe a que los maestros mismos tienen poco amor por las matemáticas.
La buena noticia es que cada vez más la palabra creatividad se aplica a las matemáticas en el colegio.
La creatividad es la palabra que acompaña a hacer las cosas mal. Parte del bagaje matemático que la mayoría de los adultos llevan a cuestas es la sensación de que las matemáticas se trata de obtener las respuestas correctas, y que hacer una pregunta equivocada es una muestra pública de debilidad.
Si queremos que las matemáticas sean creativas, entonces tenemos que considerarlas como un tema en el que está bien hacer las cosas mal. De hecho, es inevitable. Si nunca cometes errores, no descubres nada nuevo.
La historia de la civilización demuestra que sólo creamos cosas cuando se nos permite cometer errores. De hecho, muchos de los más grandes inventos y descubrimientos llegaron como resultado directo de que las cosas iban mal. La penicilina fue descubierta cuando bacterias no deseadas soplaron en una placa de Petri. La nota Post-It fue la brillante adaptación de un pegamento que no era lo suficientemente pegajoso como para funcionar como pegamento.
Necesitamos estimular la curiosidad de los niños. Experimentar, descubrir que a veces las cosas salen mal, llegar a callejones sin salida, y preguntar «¿por qué?». Estos, sin duda, son los secretos para hacer de las matemáticas una asignatura más emocionante y creativa en la escuela.
¿Y tú que piensas? Déjalo en los comentarios
Gracias por compartir la creatividad en la matemática ,me ayudará mucho
Hola Lucina,
Gracias a ti por comentar! 🙂