La entrada en vigor de la Lomloe abrió la discusión respecto a cómo deben los alumnos aprender los nuevos contenidos. Los matemáticos quieren que estos sean más profundos y menos repetitivos, así como que el razonamiento y la resolución de problemas sean pilares básicos del aprendizaje.
Hablan los expertos
La nueva ley educativa establece generalidades y la estructura del sistema educativo, pero la elaboración de los currículos está a cargo, de las generalidades, del Ministerio de Educación, para que luego las comunidades se encarguen de culminar su desarrollo.
Al respecto, Onofre Monzó, de la Federación Española de Sociedades de Profesores de Matemáticas (FESPM), explicó que se envió un documento al ministerio de Educación sobre los retos que demandan los nuevos tiempos. En el texto se subraya en la necesidad de prestar menos atención a “memorizar los algoritmos tradicionales de cálculo, efectuar operaciones interminables con castillos de fracciones, radicales, logaritmos, etc”, puesto que es un trabajo que se hace con una calculadora, y no necesariamente hacer cálculos con radicales sin significado sirve para resolver un problema.
En ese sentido, los especialistas en estrategias del aprendizaje de Metalecture, sostienen que ‘‘este tipo de habilidad de razonamiento es lo que se busca con el desarrollo de tecnología de Inteligencia Artificial y Machine Learning. Las máquinas hoy son capaces de hacer predicciones a través del análisis de datos, por lo que son empleadas ampliamente en todos los campos’’.
Bases para el cambio
Los matemáticos están convencidos de que pasaron muchos años con currículos no porque estén bien, sino porque siguen criterios internacionales. Sin embargo, lo que sucede en las aulas es algo totalmente distinto.
Según el informe PISA publicado en 2019, los estudiantes españoles de 15 años empeoraron sus conocimientos de Matemáticas respecto a los datos anteriores. Alcanzaron un total de 481 puntos, cinco menos que en 2015, en tanto que la medida de la OCDE fue de 489.
De acuerdo con Monzó, el problema es estructural. En Primaria los currículos no están mal elaborados, sino que no son aplicados de forma adecuada en el aula. Refiere que en esta etapa las matemáticas “prácticamente no existen”. La formación para la aplicación de matemáticas es un problema, en tanto que en la Secundaria ocurre lo contrario: los docentes llegan de universidades con estudios avanzados y sin formación didáctica específica para su enseñanza.
Respecto a los resultados del informe PISA, sostiene que se desprende de que en España ocurre un problema de aplicación de los conceptos, puesto que los alumnos saben lo que se les enseña, pero presentan dificultad con las competencias, es decir, con la capacidad de aplicar dichos conocimientos en situaciones de la vida real.
Pese a que remarca que existen docentes con gran calidad de enseñanza, lamenta que al revisar los libros de textos queda la sensación de que la enseñanza no cambió mucho pese a las diferentes leyes educativas que se promulgaron.